La canciller alemana, Angela Merkel, eliminó las duras restricciones de Covid-19 planeadas durante las vacaciones de Pascua, luego de que el decreto causó un alboroto entre el público y dentro de su propio partido.
En una videollamada el miércoles, Merkel les dijo a los primeros ministros estatales que estaba abandonando el bloqueo de cinco días, que habría cerrado todos los negocios, y en el que los supermercados solo podían operar durante un día durante el período.
Las restricciones planificadas también prohibieron las reuniones privadas de más de cinco adultos de dos hogares diferentes, y pidieron que los servicios de la iglesia de Pascua se llevaran a cabo virtualmente.
«Este error es solo mi error», dijo Merkel, y agregó que el cierre fue «creado con las mejores intenciones», pero no debería haber sido propuesto porque no había forma de implementarlo adecuadamente.
El cambio se produce después de que Merkel fue bombardeada por críticas sobre las medidas.
La prohibición de los servicios religiosos fue particularmente controvertida, y el clero e incluso el ministro del Interior, Horst Seehofer, un aliado político desde hace mucho tiempo, instaron al canciller a reconsiderarlo.
Algunos líderes estatales ya habían anunciado que no cumplirían con la regla. El primer ministro de Sajonia, Michael Kretschmer, dijo que su estado no impediría que las iglesias celebren servicios en persona.
Merkel había facturado el bloqueo de cinco días como un paso necesario para evitar que se propague una tercera ola del virus.
Aunque algunas áreas del país han comenzado a reabrirse lentamente, el gobierno alemán ha implementado un plan que revertiría la flexibilización de las restricciones si los casos semanales por cada 100.000 habitantes superan los 100. Alemania ha estado en diversos grados de bloqueo durante alrededor de un año. Las restricciones prolongadas, originalmente descritas como temporales, han provocado numerosas manifestaciones en el país.
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