Los propietarios de restaurantes, bares y clubes nocturnos organizaron una protesta contra el gobierno portugués y sus aplastantes restricciones de Covid fuera del parlamento nacional el martes pasado, y ya van por su quinto día en huelga de hambre.
Los nueve dueños de negocios afirman que las restricciones contra el coronavirus impuestas por el gobierno han paralizado la industria hotelera, mientras que el estado no ha apoyado a los más afectados por las medidas.
Los manifestantes, que están acampados frente al Palacio de São Bento, sede del parlamento de Portugal, dicen que no comerán hasta que sean recibidos por el primer ministro y el ministro de Economía.
Los manifestantes han sobrevivido gracias al agua, el té y el café donados por sus seguidores.
«¿Cómo podemos sostener a una empresa que no gana dinero pero tiene que pagar impuestos, pagar la luz, el agua?» preguntó José Gouveia, propietario de una discoteca y portavoz del movimiento conocido como A Pão e Água (Pan y Agua).
El propietario del restaurante João Sotto Mayor dijo: «Son solo insolvencias, insolvencias», y agregó que «muchas empresas dependen de esta época [del año] … Es increíblemente importante que el próximo fin de semana volvamos a los horarios normales de apertura».
Si bien los bares y clubes nocturnos han estado cerrados permanentemente desde marzo, los restaurantes pudieron reabrir en mayo. Sin embargo, un nuevo toque de queda y cierre de fin de semana, que entró en vigor el 8 de noviembre, ha enfurecido a los restauradores, y muchos están preocupados de que sus negocios no puedan sobrevivir hasta el final de la pandemia.
