A principios de noviembre, el gobierno alemán introdujo restricciones de un mes destinadas a frenar la propagación de la enfermedad infecciosa. Se cerraron bares, restaurantes y lugares de entretenimiento, mientras que los lugares de trabajo, escuelas y tiendas permanecen abiertos. Esto provocó una ola de indignación entre el público, que se ha convertido en protestas en toda Alemania.
El parlamento alemán aprobó enmiendas a una ley de protección contra infecciones en medio de manifestaciones a gran escala contra las restricciones del coronavirus. 415 legisladores votaron a favor de las enmiendas, 236 votaron en contra y 8 se abstuvieron.
La nueva ley de protección contra infecciones que se ha introducido en Alemania contiene la obligación de vacunación, supuestamente «no intencionada» y la abolición de numerosos derechos humanos básicos.
Las protestas han estado aumentando hoy en la capital de Alemania, Berlín, desde muy temprano en la mañana. Los manifestantes pidieron a los legisladores que no voten a favor de las enmiendas por violar los derechos de las personas.
La policía ha utilizado gas lacrimógeno y cañones de agua para detener a los manifestantes que intentan acercarse al edificio del parlamento.
Al igual que otros países del mundo, Alemania ha visto una ola de protestas contra la decisión del gobierno de introducir medidas de seguridad para detener la propagación del coronavirus. Las personas protestan contra las reglas sobre el distanciamiento social, el uso de máscaras y la prohibición de reuniones públicas.
Comparaciones con Hitler y la Ley de habilitación
La propuesta del gobierno ha causado preocupación entre los políticos y el público. La gente lo comparó con la Ley de habilitación, una enmienda a la constitución que se aprobó en 1933 y le dio a Adolf Hitler y su Partido Nacionalsocialista el poder absoluto sobre Alemania. Esencialmente, Hitler pudo emitir leyes sin el consentimiento del parlamento.
